Percusión en las manos y el corazón

Los ritmos africanos de la tradición mandinga, mandinka o malinké, son la base de nuestro trabajo. Por nuestra experiencia sabemos que la percusión es una poderosa herramienta para las personas que ofrece soluciones a los retos actuales, reportando cantidad de beneficios individuales y grupales.

Nuestra metodología de trabajo se basa en el aprendizaje y el respeto por ésta tradición ancestral, así como en el placer que produce en todas las personas participar de la música.

Es también fundamental para nosotras poner especial atención en los cuidados, en los buenos tratos. Todas somos diferentes, con distintos tiempos y diversos puntos de vista. Consideramos que es muy importante atender de forma personalizada a cada persona participante y así, ponemos mucho cariño en lo que hacemos.

Beneficios en cuatro áreas diferentes

Desde la psicomotricidad o desde un punto de vista más físico, la percusión supone un trabajo importante que requiere esfuerzo y un entrenamiento constante. Tomar conciencia de la fuerza propia y cómo gestionarla, así como coordinar los movimientos de manos y brazos, son sólo algunos de los beneficios que supone nuestro trabajo a nivel motriz.

A nivel cognitivo las personas que participan en nuestros programas y talleres desarrollan, sin proponérselo, herramientas para focalizar la atención, para mantener la concentración. Cada una además potencia sus propias estrategias para cultivar la memoria (corporal y mental) pues interiorizar un nuevo ritmo y mantenerlo en el tiempo con el grupo implica el desarrollo de todas nuestras capacidades retentivas.

También se consiguen habilidades para la inteligencia emocional como reconocer los propios límites, autocontrol, entusiasmo, perseverancia y capacidad para automotivarse. El trabajo que realizamos a través de la percusión permite a las personas ganar confianza y seguridad en su desarrollo.

Respecto a la educación en valores que favorecemos con nuestro trabajo, hay que decir que partimos del “Principio de Igualdad” que en nuestro caso consiste en retomar un saber o conocimiento ancestral del pueblo africano, reconociendo su riqueza musical y un lenguaje que nos une como personas independientes de los estereotipos racistas, sexistas, capacitistas, cuerdistas… Reconocer ésta riqueza nos alimenta no sólo a nivel corporal, sino también espiritual pues todas las personas somos iguales ante los tambores sin dejar de respetar nuestras diferencias.

¿Quieres contactar con nosotras?